Javier Pastore sigue sin ver claro su futuro en el PSG. El argentino llegó al club en 2011 como una gran promesa y seis años después aún no ha terminado de 'explotar' todo el fútbol que se le esperaba. En particular su último año ha sido especialmente aciago por culpa de las lesiones, aunque cuando ha llegado a estar bien físicamente Unai Emery tampoco ha contado mucho con él a la hora de confeccionar sus onces iniciales. Por eso el jugador se está empleando a plantear su futuro en la capital gala.

La incomodidad del mediapunta no es novedosa, pues viene ya desde hace unos meses. Y esta ha crecido aún más en las últimas semanas ante la aparición de diversas informaciones que hablan del interés del club francés en el fichaje de centrocampistas y delanteros como James Rodríguez o Aubameyang. Ante ello Pastore entiende que el técnico vasco no termina de ver clara su función en el equipo, por lo que considera que no sería mala opción para su carrera empezar a buscar ya una salida a otra liga y a otro club.

Los dos clubes de Milán, muy atentos

El internacional albiceleste tan solo tiene 27 años, por lo que aún tiene mercado suficiente como para que no sean pocos los conjuntos que se acerquen a preguntar por él si el PSG le pone el cartel de transferible. De hecho en Francia e Italia apuntan a que tanto el Milan como el Inter están interesados en su contratación para la próxima temporada. Ambos valoran que Pastore conoce bien el 'Calcio' tras sus dos años en el Palermo, por lo que podrían valorar hacer una oferta que rondaría los 30 millones de euros para sacar al jugador del Parque de los Príncipes.

El jugador valora la salida

Mientras tanto, como decimos el futbolista no vería con malos ojos su vuelta al fútbol italiano. Incluso estas mismas informaciones apuntan a que su agente habría tenido un encuentro con el nuevo Director Deportivo del PSG, Antero Henríque, para transmitirle la insatisfacción del centrocampista con su situación y su disponibilidad para escuchar ofertas. Aunque a priori no parece que esta sea una idea que agrade mucho al club francés, pues la intención de sus directivos es debilitarse lo mínimo posible para poder afrontar con garantías su sueño de ganar una Champions League a corto plazo.