El Barcelona sigue ahogándose en todos los frentes que poco a poco ha ido abriendo en los últimos meses. Hasta el momento todos los fichajes se le han resistido menos el que ha implicado la vuelta de Gerard Deulofeu. En este caso había una cláusula que les permitía repescar al jugador por 12 millones de euros, así que no hubo negociación de por medio y por eso el final feliz fue relativamente sencillo de lograr. Pero el resto de operaciones han tenido un cariz muy distinto...

Al club le llueven los 'noes'. Verratti, Dembélé, Paulinho, Bellerín... De hecho, en este último ejemplo el conjunto catalán está a punto de tirar la toalla. Según ha informado la 'Cadena COPE', en las oficinas del Camp Nou son realmente pesimistas después de que el Arsenal reiterara su negativa para traspasar al lateral. El club de Londres se niega a dejarle salir y, además, tiene tasado al futbolista en un precio que rondan los 40 ó 45 millones de euros.

Adiós a Bellerín por 'culpa' de Verratti

En Barcelona entienden que si apretaran a los 'gunners' probablemente podrían conseguir abrir unas negociaciones para acabar cerrando su traspaso. Pero su problema está en que no tienen dinero para fichar a Bellerín y Verratti. Por eso prefieren descartar la opción del español para centrarse en el italiano. Y eso implica conformarse con los mismos laterales derechos que tenía el equipo en la última temporada.

No en vano, Luis Enrique ya lo pasó mal en la campaña 2016/17 para encontrar a un lateral de garantías después de la marcha de Dani Alves. Incluso recicló para el puesto al canterano Sergi Roberto, así que la intención del club era fichar este verano a un jugador para esa posición, de forma que este jugador volviera a su posición natural en el centro del campo.

Aleix y Sergi Roberto seguirán siendo los laterales

Pero visto lo visto Ernesto Valverde se va a quedar sin su ansiado lateral y va a tener que 'tirar' para toda la temporada con Vidal y el mencionado Roberto. El primero es un jugador que deja dudas tras sus dos años muy irregulares en el club, mientras que el segundo es un simple parche que empezó siendo temporal y va a acabar convirtiéndose en un fijo. En definitiva, un nuevo desastre en la planificación culé que el Barça puede acabar pagando muy caro a lo largo de la temporada.