Gerard Deulofeu está viviendo sobre una montaña rusa en su vuelta a Barcelona. El extremo tuvo que aceptar su regreso a regañadientes después de que el club decidiera pagar su cláusula de recompra al Everton, la cual estaba valorada en 12 millones de euros. Pero nada más aterrizar en la Ciudad Condal cayó lesionado y no pudo iniciar su pretemporada hasta el mes de agosto. Luego llegó Ousmane Dembélé, el futbolista destinado a quitarle el puesto en el ataque, si bien la lesión del francés en Getafe le acaba de brindar una oportunidad de oro para ganarse el puesto en el once.

Pobre aportación

El azar ha querido que el canterano azulgrana esté ante la gran ocasión de su vida para convencer a Ernesto Valverde y convertirse en un hombre importante para el club. Pero en sus primeros partidos con el equipo no está transmitiendo buenas sensaciones. A sus 23 años no termina de ser el 'crack' que prometía hace tres o cuatro temporadas, cuando era una de las grandes joyas de la 'Masía'. Ahora es cierto que es un futbolista rápido y con cierta capacidad para el regate, pero a la hora de la verdad sus acciones son enrevesadas y poco prácticas.

Hasta el momento su bagaje en su regreso a Barcelona es de 7 partidos disputados con solo 2 asistencias sumadas para el equipo. Una aportación bastante pobre para un jugador que lleva disputados 424 minutos y que se mueve en el ataque junto a futbolistas de la talla de Messi y Luis Suárez. Además, este par de pases de gol los dio en la primera jornada de LaLiga ante el Betis, por lo que lleva cuatro partidos consecutivos sin darle nada al Barcelona en la parcela ofensiva.

Mosqueo de parte de la afición

Por eso no es de extrañar que el pasado martes un sector del Camp Nou empezara ya a perder la paciencia con él. A pesar de la superioridad culé y de la goleada al Eibar por 6-1, Deulofeu escuchó algunos pitos procedentes de la grada. Aunque eso sí, poco después también se llevó algunos aplausos cuando recuperó un esférico. Pero en lo que respecta a crear juego y a participar en las jugadas de su equipo, nada de nada.

Así que Gerard ya sabe que debe ponerse las 'pilas'. Y pronto, porque Ernesto Valverde ya le ha dado un 'toque' en rueda de prensa: "de Deulofeu espero que marque muchos goles, que dé muchas asistencias, que su banda sea un quebradero de cabeza para el rival, que defienda y ayude al lateral...". Muchos encargos y obligaciones de los que, de momento, el catalán no está cumpliendo prácticamente ninguno.

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La triste cláusula de Deulofeu (21-07)

Poco a poco y según van pasando los días Gerard Deulofeu se empieza a llenar de razones para tener mala cara en su regreso a Barcelona. El club no solo le ha obligado a regresar contra voluntad y ha tenido el feo detalle de no programarle una bienvenida y una presentación como flamante nueva incorporación, sino que también se ha encargado de ponerle una cláusula de rescisión petética con la idea quizá de hacer nuevamente negocio con él.

El negocio está cada vez más claro

El equipo azulgrana está demostrando no tener ningún escrúpulo a la hora de gestionar la situación del futbolista. A finales de junio le repescaron al pagar los 12 millones de euros que figuraban en la cláusula de salida que previamente habían pactado con el Everton. Entonces no tuvieron en cuenta que el futbolista se opusiera a sabiendas de que probablemente en el club azulgrana le iba a volver a tocar 'chupar' banquillo. Los directivos simplemente llevaron a cabo su decisión y le forzaron a volver sin asegurarle ni siquiera que fuera a disponer de un dorsal en la plantilla.

Una cláusula de rescisión de 'broma'

Además, el diario 'Mundo Deportivo' ha desvelado un dato increíble que demuestra que el club ha valorado siempre la idea de volver a traspasarle. Este indica que su nueva cláusula de rescisión el club es de unos irrisorios 20 millones de euros. Es decir, 8 'kilos' más que los abonados para volver a contar con sus servicios. Así su venta siempre será sencilla y limpia en caso de que de nuevo sea puesto en el mercado.

Es evidente que si el Barcelona le apreciara realmente como un jugador importante para su proyecto le habría puesto una cláusula inalcanzable para otros clubes. Sin ir más lejos el nuevo fichaje del filial, 'Choco' Lozano, ha firmado una cláusula de 50 millones de euros. Pero fijando su salida en 20 'kilos' el mensaje al resto de clubes y al propio futbolista es patente: el que quiera pagarlos se lo podrá llevar sin problemas. Y al final todos contentos, salvo quizá el propio futbolista. Más que nada porque Deulofeu se lleva oliendo esta situación desde hace tiempo y nunca ha terminado de tener claro que regresar al Barça fuera la mejor opción para su carrera deportiva.