Desde hace años no es ningún secreto que Leo Messi es el auténtico 'amo' del Barcelona. Casi ninguna decisión se toma en el conjunto catalán sin pasar por el filtro de su máxima estrella, y más si esta tiene que ver con los fichajes. Así el 'crack' fue el encargado de dar el pasado verano el visto bueno a algunas de las llegadas más importantes al conjunto culé, y entre ellas la del brasileño Paulinho.

El barcelonismo presume de las decisiones que toma Messi en el club

¿Se imaginan lo que dirían en Barcelona si algún día la prensa madrileña informara de que el Real Madrid le pregunta a Cristiano sobre los fichajes que quiere hacer? Lógicamente se montaría un escándalo monumental y en la prensa culé criticarían duramente al portugués. Pero como el que lo hace es su futbolista más importante lo ven normal e incluso presumen de ello. De hecho, 'Mundo Deportivo' no ha tenido problemas en reconocerlo en una información publicada el pasado lunes.

Según la misma el Barça tuvo el arrojo de hablar con Messi antes de que se disputara el Brasil-Argentina del pasado mes de junio para comunicarle que Paulinho era un objetivo del club para la próxima temporada. E incluso en esa conversación también estuvo presente el otro argentino de la plantilla azulgrana, Javier Mascherano. Con ello los dirigentes azulgranas querían que el 'crack' les diera el 'ok' y de paso examinara al centrocampista en el amistoso que las dos selecciones iban a disputar.

Paulinho confirmó los hechos contando una anécdota

Por ello durante el partido (que acabó con 1-0 a favor de Argentina) disputado en Australia el propio Messi llegó a acercarse a Paulinho para preguntarle si iba a fichar por el Barcelona. Así lo reconoció el brasileño días después: "estaba preparado para sacar una falta durante el partido. Y de repente veo que Messi viene por detrás, se acerca poco a poco y me dice: '¿Vamos para Barcelona o no?' Y yo le contesté: 'si me quieres llevar, me puedes llevar'".

Y es que al parecer Messi dio sus bendiciones al fichaje de Paulinho, por lo que a partir de ese momento la directiva azulgrana no tuvo ojos para otro futbolista. Es más, en la Ciudad Condal muchos criticaron que el club acabara pagando 40 millones de euros por el jugador del Guangzhou, pero pocos sabían que su fichaje en realidad estaba aprobado por la única persona en el fútbol mundial que es capaz de mandar más que su propio presidente.