Isco Alarcón ha decidido hablar sobre el campo cuando más en duda se ha puesto su futuro. El malagueño ha sido protagonista de multitud de noticias e informaciones en los últimos meses por terminar contrato en junio de 2018, ya que este verano será clave para descubrir su futuro a corto y medio plazo. Sin embargo, él ha preferido aislarse y hacer lo que mejor sabe: jugar al fútbol.

El centrocampista de Arroyo de la Miel puede considerarse como el gran ganador de la tremenda competencia que ha habido esta temporada en la medular madridista. A falta de cuatro partidos para terminar la temporada es el 13º jugador de la plantilla por minutos jugados (2.107) y ha superado claramente a hombres como Mateo Kovacic (2.039), Marco Asensio (1.814) o James Rodríguez (1.739).

De hecho, tanto el club como Zinedine Zidane consideran que ahora mismo se está viendo la mejor versión de Isco. En los casi cuatro años que lleva en el club el internacional español jamás jugó tan bien como en los dos últimos meses. Su última exhibición ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón así lo demuestra, aunque ni mucho menos ha sido la única. Y es que entre el madridismo todavía están muy presentes sus recientes apariciones en el Molinón o en Riazor.

Un futbolista que el Madrid sabe que no puede dejar escapar

Por ello la sensación que reina en las oficinas de Chamartín es que el jugador está terminando de mutar a 'crack'. "Antes ya era un gran jugador, pero ahora está al nivel de los mejores del mundo" se apunta desde el club. Una opinión que representa a la perfección las intenciones de la directiva con Isco, porque su renovación se ha convertido en una absoluta prioridad.

A día de hoy nadie contempla en el Real Madrid que Isco no renueve. Florentino y Zidane quieren que él sea el primer 'fichaje' para la temporada 2017/18 y pretenden hacer un tremendo esfuerzo para retenerle. Las palabras del jugador el pasado mes de abril en las que dejaba claro que quiere seguir han traído cierta tranquilidad al club, aunque la directiva se mantiene en tensión, ya que sus últimas actuaciones están llamando la atención de media Europa y su situación hace que le estén lloviendo las ofertas.

Así, su continuidad ya no es solo una cuestión deportiva. Se trata de un aspecto estratégico, porque el malagueño acaba de cumplir 25 años y sus mejores momentos todavía están por llegar. Y el equipo más importante del mundo no se puede permitir el lujo de dejarle escapar justo ahora. Por eso las negociaciones alcanzarán un punto álgido el próximo mes de junio para que Isco siga de blanco varias temporadas más. Cueste lo que cueste.