El F.C. Barcelona quiere que Héctor Bellerín sea su lateral diestro. Sin embargo, al mismo tiempo pretende ensuciarse lo menos posible las manos para lograr su fichaje. La operación no se presenta nada sencilla después de que Arsene Wenger haya renovado su contrato con el Arsenal, si bien en el Camp Nou han empezado a trazar un plan en el que la principal responsabilidad recaerá sobre los hombros del futbolista.

Cesc, el mejor ejemplo para Bellerín

El técnico francés siempre ha depositado su confianzaa en Bellerín. Él le llevó al club cuando solo era un prometedor futbolista y le ha ido dando minutos y oportunidades hasta convertirlo en uno de los mejores laterales de Europa. Por eso ahora no está por la labor de dejarle marchar, por mucho que el que llame a la puerta sea el Barcelona. Y el conjunto catalán asume esta situación y tampoco pretende afrontarla directamente, sino que más bien prefiere que sea el propio futbolista el que se coma el 'marrón' de ablandar a Wenger.

La táctica es bien conocida en el Camp Nou porque ya la pusieron en práctica en 2011 con Cesc Fábregas. Entonces fue el centrocampista el que tuvo que hablar con el entrenador para convencerle de que escuchara la oferta culé y le dejara ir. Lo cual implica declararse en 'rebeldía' y no poner las cosas fáciles en la convivencia del vestuario, de forma que al Arsenal no le quede otra que aceptar de buena gana la venta para quitarse el problema de encima.

Así, todo dependerá de cómo gestione la situación Bellerín. El jugador deberá mostrarse firme y duro con Wenger para dejarle claro que no tiene intención de continuar en el Emirates. Y además probablemente también tendrá que sacrificar algo de dinero para que el traspaso pueda llevarse a cabo. De hecho, Cesc también lo hizo así para que el Barcelona no tuviera pudiera afrontar con garantías la operación. Similar situación esta a la de ahora, toda vez que el Arsenal pedirá cerca de 50 millones de euros para dejar marchar al futbolista.

El dinero puede marcar la diferencia

El acuerdo no parece nada sencillo, pero los directivos culés piensan que si el jugador 'aprieta' y hace un esfuerzo se podrían acabar dando las condiciones para que pueda vestir de azulgrana. En Barcelona ya se han hecho a la idea de que el fichaje de Bellerín les saldrá bastante caro e implicará 'sangre, sudor y lágrimas', aunque tener al jugador de su lado les permite ser optimistas. Ya se sabe que normalmente los futbolistas acaban jugando donde quieren, y en este caso el deseo del defensa está muy claro...