Entrenar a un gran club implica cargar con no pocos problemas. Y Ernesto Valverde está comprobando en estos primeros días al frente del Barcelona que va a tener que solucionar varios asuntos peliagudos si quiere conseguir una total y absoluta armonía en el Camp Nou. Entre ellos, asignarle a Mascherano un rol lo suficientemente relevante como para que el jugador no se sienta incómodo en lo que va a ser un año muy importante para él.

Mascherano empieza a perder peso en el equipo

El argentino es toda una institución en el conjunto catalán. El pasado verano solicitó el traspaso, pero el Barcelona consiguió convencerle para que no dejara el equipo e incluso acabara renovando su contrato hasta junio de 2019. De esta forma, el futbolista tiene la intención de cumplir los dos años que le quedan, aunque probablemente no lo va a poder hacer como a él le gustaría. Más que nada porque a sus 33 años ya se ha visto en la última temporada que está lejos de su mejor nivel y porque el francés Umtiti ya le ha puesto las cosas bastante complicadas en su primer año en el Camp Nou.

Desde hace varios cursos Mascherano venía siendo una solución de urgencia para el equipo por la mala confección de plantilla que se había realizado. El argentino llegó al club como mediocentro defensivo y ha jugado mucho más en el centro de la derensa que en su puesto original. De hecho, en la final de Copa del Rey del pasado sábado incluso ejerció de lateral derecho ante la baja de Sergi Roberto por sanción. Pero el deseo de Valverde es acabar con esta situación y contar con un par de jugadores por puesto en su plantilla, lo que automáticamente dejaría al 'Jefecito' en un segundo plano.

Valverde, obligado a gestionar el problema

La cuestión es que Mascherano apunta a suplente con el nuevo entrenador. Justo en el año en el que aspira a disputar el último Mundial de su carrera deportiva con la selección argentina. Así que el nuevo técnico culé tendrá que gestionar lo mejor que pueda este problema y conseguir que el futbolista - uno de los capitanes del Barça - asuma con buena actitud sus estancias en el banquillo.

Los que conocen al argentino saben que es una persona bastante juiciosa y cabal, si bien hasta ahora nunca ha tenido que afrontar una situación de suplencia como la que probablemente le espera. Por eso no se puede descartar que esta cuestión acabe convirtiéndose en un problema para Valverde y provoque que el vestuario - con Messi a la cabeza - se le ponga de 'morros' a las primeras de cambio.