La nueva etapa de Wayne Rooney en el Everton no ha empezado ni mucho menos como le hubiera gustado al fubolista. Bien es cierto que el delantero brilló en los dos primeros partidos de la Premier League al marcar sendos goles para su equipo, pero como casi siempre en su carrera está siendo un episodio extradeportivo el que le está amargando la vida al talentoso jugador. Y es que el internacional inglés fue detenido el pasado 1 de septiembre (y posteriormente puesto en libertad) tras ser 'cazado' conduciendo con altos niveles de alcohol en sangre.

Está previsto que Rooney sea sometido a un juicio el próximo 18 de septiembre, pero mientras esta fecha llega su mundo parece estar desmoronándose a su alrededor. Y es que tanto en su nuevo club como en su familia están muy decepcionados por el error que ha cometido el futbolista por culpa de su última borrachera. Para empezar, su entrenador Ronald Koeman ha admitido estar "muy decepcionado" y aseguró que tratará el asunto de forma interna, por lo que se espera una fuerte multa por su comportamiento. Y en las últimas horas se ha filtrado un importante desencuentro familiar del jugador con su esposa.

Noche de fiesta junto a una joven

Según apunta 'The Sun' la mujer de Rooney, Coleen, estaría muy enfadada con este último episodio protagonizado por su marido, por lo que incluso habría tomado la decisión de pedirle que deje el fútbol para huir de estas polémicas y centrarse en su familia. No en vano, en el momento de ser detenido, Wayne iba acompañado en el vehículo por Laura Simpson, una joven de 29 años que acababa de conocer esa misma noche.

"Solo estábamos en el coche y de repente vimos las luces intermitentes azules de la policía tras nosotros. Wayne estaba muy preocupado por ello, así que yo no sabía qué pensar, porque todo ocurrió muy rápido. No sé si es porque estaba ebria, pero Rooney no parecía estar tan alcoholizado" aseguró la protagonista de esta sorprendente historia.

En mayo ya protagonizó otro episodio polémico

Así pues, Coleen Rooney está muy enfadada y preocupada por este episodio, por lo que una fuente próxima a la familia ha asegurado que "si el jugador quiere salvar a su familia es el momento de poner el fútbol en un segundo plano". No en vano, el pasado mes de mayo el delantero ya fue el centro de la polémica por perder 600.000 euros en dos horas en una visita al casino mientras su esposa y sus tres hijos estaban de viaje.