James Rodríguez no sale de su mal momento. El colombiano esperaba poder hacer borrón y cuenta nueva en el Bayern de Múnich, pero el despido de Carlo Ancelotti le ha vuelto a colocar en una situación de terrible incertidumbre. El italiano era su principal valedor en el conjunto alemán, pero una vez que ya está fuera del club y ha llegado Jupp Heynckes su situación ha cambiado de forma radical.

Su nuevo técnico es un hombre experimentado y con un gran palmarés, por lo que el colombiano espera convencerle desde el primer momento a su vuelta de su concentración con su selección. Pero en realidad hay un detalle de la situación actual del Bayern de Múnich que preocupa y desmoraliza al 'crack'. Y es que sabe que haga lo que haga esta temporada puede acabar siendo insuficiente para ganarse la continuidad en el conjunto bávaro.

Heynckes, una solución temporal

En los últimos días la prensa colombiana ha desvelado que el futbolista teme que el Bayern decida romper el contrato de cesión de dos años que tiene con el Real Madrid durante el próximo verano. ¿El motivo? El interés del club en fichar al técnico Julian Naggelsman, actualmente en el Hoffenheim, para la próxima temporada. De hecho, a nadie se le escapa que la llegada de Heynckes solo es un simple 'parche' para acabar bien esta temporada y plantearse un nuevo cambio en el banquillo el próximo mes de julio.

Así, la prensa cafetera recuerda que Naggelsman es un técnico que suele apostar más por el juego con jugadores de bandas que por el de interiores, lo que restaría muchas opciones al '10' de ser un hombre importante en el Allianz Arena. Por eso es muy probable que tener un buen rendimiento durante la presente temporada no asegure a James Rodríguez tener un hueco el año próximo en el equipo y, por tanto, optar a ser un futbolista importante en Múnich.

Doble esfuerzo para un futbolista bajo de moral

Esto convierte en titánica la tarea que James Rodríguez tiene ante sí. Su aspiración es convertirse en un hombre fundamental para el actual campeón de la Bundesliga, de forma que en 2019 ejerza el derecho de compra que tiene sobre él. Pero para eso tendrá que pasar un doble examen a partir de ahora: el de convencer primero a Heynckes y después al nuevo entrenador que llegue al club. Doble misión y doble esfuerzo para un futbolista que ya lleva dos años peleando por reinvidicarse sin prácticamente ningún éxito.