Sin casi haberse dado cuenta, el Barcelona está ante un importante problema por 'culpa' de la renovación de Andrés Iniesta. El centrocampista termina contrato en junio de 2018, fecha en la que tendrá ya 34 años, por lo que en el club consideran que tampoco estarán en disposición de proponerle una gran oferta. Las recientes renovaciones de Neymar, Luis Suárez y la prevista de Messi provocarán que la masa salarial culé se dispare a partir de la próxima temporada, de forma que las negociaciones con el manchego se presentan como una gran oportunidad para conseguir rebajar esta tensión económica con un acuerdo 'a la baja'.

La prioridad del centrocampista es terminar su carrera en el equipo de su vida. Pero lo cierto es que ahora mismo no está en condiciones de asegurar su continuidad en el club más allá del próximo 30 de junio. Y tiene varias razones para ello, ya que por un lado no quiere descentrarse mientras haya títulos en juego; mientras que por otro lado es perfectamente consciente de que la entidad le pedirá que haga un esfuerzo para continuar con unas condiciones que a priori no serán las que a él le gustarían

Así, el propio Iniesta aprovechó su comparecencia ante la prensa con motivo del Barça-Juve para hablar sobre su futuro y explicar la situación. "Ahora mismo me pilláis en frío con este tema porque ante la Juve nos jugamos muchísimas cosas tanto a nivel individual como colectivo, pero no cambia nada de lo que dije hace unas semanas. Al final de la temporada se valorarán muchísimas cosas y a partir de ahí iremos viendo. Mi deseo e ilusión no cambian nada respecto a lo que he dicho, pero ahora no es el momento de hablar de ello" indicó.

Queda claro en consecuencia que el de Fuentealbilla quiere continuar, pero a los culés no se les escapa que hay cosas que no están gustando al futbolista. Él considera que el Barcelona debe tener un gesto con él y ofrecerle un contrato a la altura a su peso y papel en el equipo, ya que cuando llegó el momento de negociar con Luis Suárez, Neymar y Messi el club no escatimó en recursos para contentarles. Por eso le duele la parsimonia que está teniendo la institución a la hora de moverse para convencerle - en diciembre pasado Iniesta aseguró que a él le gustaría que la renovación "se produzca cuanto antes" - y, fundamentalmente, que le quieran 'escatimar' dinero.

Y eso no es todo, ya que el propio Iniesta también quiere analizar su rendimiento en la temporada para saber si se ve en condiciones de estar varios años más en el Barcelona. Él ya ha dejado claro que no va a "estar por estar" en el club, de forma que su condición física marcará y condicionará irremediablemente las negociaciones. En definitiva, hay demasiados interrogantes sobre la mesa en estos momentos como para que la afición culé pueda dormir a pierna suelta, pues lo que hace unos meses parecía una renovación segura ahora es un hiriente "ya se verá".