El barcelonismo hace tiempo que 'endiosó' a Leo Messi. El argentino es consentido en todos y cada uno de sus caprichos desde hace años, por lo que está más que acostumbrado a tomar decisiones trascendentales en el club y a ver cómo sus peticiones se cumplen sin oportar sus consecuencias. Así, y cuando está a punto de cumplir 30 años, el de Rosario está decidido a no titubear ni un solo momento a la hora de imponer sus condiciones para renovar su contrato.

13 años y 7 renovaciones después de su debut, Leo Messi sabe que su contrato finaliza el 30 de junio de 2018. Así que considera que está con la 'sartén' por el mango. Como casi siempre, por otra parte. Por eso es él el que está marcando todos los plazos de las negociaciones, aunque en el club catalán ya han empezado a mostrar síntomas de impaciencia. Que su máxima estrella todavía no haya firmado su continuidad a poco más de 13 meses de que expire el actual contrato es motivo de peso para la inquietud y para querer poner pronta solución a este asunto.

Los problemas del Barcelona no importan a Messi

Por eso el Barça ha querido darle un empujón a las negociaciones en los últimos días. El problema es que, según 'As', el primer acercamiento entre las dos partes terminó aguado, ya que el 'crack' rechazó la propuesta de más de 30 millones de euros netos anuales que le planteó el club azulgrana. Messi es consciente de todo el dinero que está empezando a pagar el fútbol chino para que otros jugadores se vayan a su liga y él quiere que el Barcelona haga un esfuerzo acorde a las cantidades que se manejan en la actualidad.

Así que el futbolista está dispuesto a apretarle las tuercas al conjunto catalán a pesar de que sabe muy bien que no corren buenos tiempos para sus arcas. Desde el club no esconden que su presupuesto de esta temporada para fichajes será menor de la habitual y que hace tiempo que andan coqueteando con el tope salarial que impone la UEFA a todos los clubes. Problemas que para Messi no son de su incumbencia, de forma que está más que decidido a anteponer su ego a los intereses del equipo que le formó.

Y es que a Leo le importa poco de dónde saque el Barça el dineral para pagarle por los próximos cuatro o cinco años. Le da absolutamente igual. Lo que quiere es dejar de lado los sentimientos para ganar una cifra acorde a su condición de estrella mundial, aunque esto condicione la planificación deportiva de la institución y provoque que la plantilla no se refuerce como debe para la próxima temporada. Una postura que se reduce en el 'yo, yo, yo, y solo yo' que en Barcelona llevan tanto tiempo achacando a Cristiano Ronaldo, aunque en el fondo ellos tengan al verdadero campeón del egocentrismo. Al hombre de las 'casi' ocho renovaciones...