Se hace pública la gran duda de Marcelo


2017-04-19 09:04 Real Madrid Por: Fichajes DC

Marcelo cumplió el pasado mes de enero 10 años en el Real Madrid. Para él eso casi supone media vida, ya que únicamente tiene 28 primaveras. Por eso el lateral está encantado de saber que tiene contrato con el club blanco hasta el 30 de junio de 2020, aunque al mismo tiempo es consciente de que este no le garantiza acabar su carrera en la capital de España.

Puede que aún sea un poco pronto para que el lateral zurdo se empiece a plantear dónde terminará su trayectoria deportiva. Desde luego, este es un tema que él se toma con calma y que de momento no parece preocuparle. Pero también es cierto que el propio futbolista es el primero que no está en condiciones de asegurar qué le depararán sus últimos años como deportista, ya que en los últimos meses ha expresado en público posturas diversas.



En los últimos días Marcelo ha concedido una entrevista al medio brasileño 'Globo Esporte' en la que precisamente ha tratado este asunto y ha desvelado que le encantaría "poder jugar algún día en el Botafogo'. Un deseo que se debe a que este es el club del barrio en el que creció de niño y en el que, además, llegó a jugar su querido abuelo Pedro, quien fue su guía en sus primeros pasos como jugador.

Y ante ello el propio Botafogo no ha tardado en seguirle el juego e incluso ha publicado un montaje en sus redes sociales en el que se puede ver cómo quedaría la camiseta del club con el dorsal número 6 y el nombre del futbolista. De hecho, se trata de un número con solera por haber sido el que portó una de las mayores leyendas del club, Nilton Santos.

 Queda claro por tanto que el jugador sería muy bien recibido en un hipotético regreso a su país natal, por lo que la duda queda en el aire a la espera de que él mismo la acabe resolviendo dentro de unos años. El pasado mes de octubre el propio Marcelo aseguró sentirse orgulloso de ser uno de los capitanes del Real Madrid y expresó su deseo de acabar su "carrera aquí". Aunque por lo que parece está no es su única ilusión y no vería con malos ojos colgar las botas tras cerrar el círculo en el equipo al que animaba de niño.
 


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