Se marcha del Atlético el gran 'olvidado' de Simeone


2017-06-01 14:06 España Por: Nacho Heras

Tres años y ni un solo partido. André Moreira fue fichado en el verano de 2014 por el Atlético de Madrid procedente del Ribeirao portugués. El conjunto colchonero vio en este portero de 18 años una joven promesa de futuro e invirtió 350.000 euros en su incorporación. Pero Simeone nunca creyó en él y le sometió hasta a tres cesiones para finalmente dejarle marchar por la puerta de atrás sin ni siquiera haberle dado la oportunidad de jugar un simple minuto con la camiseta rojiblanca.

Tres cesiones y cero minutos en el Atlético



Moreira jugó sucesivamente en el Moreirense, Uniao Madeira y Os Belenenses en calidad de prestado. Pero en el pasado mes de agosto el 'Cholo' solicitó que volviera de su última cesión por la lesión en la rodilla que padecía por entonces Moyá. Así, el portugués ejerció de tercer portero y de vez en cuando disfrutó de algunas convocatorias. Todo al final para nada, ya que han sido nueve meses de estancia real en la primera plantilla rojiblanca para no tener ninguna oportunidad.

Al final la paciencia se le ha terminado al propio jugador y al club, de forma que las dos partes han decidido poner punto y final a esta surrealista situación. El Benfica acaba de llamar a su puerta para que se convierta en el sustituto en el club de Ederson, guardameta que está a punto de cerrar su salida al Manchester City. De esta forma Moreira podrá dar el salto real a un gran club y el Atlético hará algo de caja por un jugador que nunca ha gustado al que manda, Simeone.

Portugal mantiene su confianza en él

De hecho, el portero mantiene un gran cartel en Portugal, donde cuajó unas buenas actuaciones en sus dos primeros clubes, el Moreirense y el Uniao Madeira. Pero en enero de 2016 se rompió el menisco y acabó frenando su progresión, por lo que finalmente no ha encontrado en el Atlético la confianza que necesitaba para triunfar y se ha visto obligado regresar a su país, donde le espera el actual campeón para hacer olvidar a una de sus estrellas. Un reto complicado, pero seguramente al alcance de un jugador que está entre los mejores guardametas de su generación.


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