Parece que últimamente en el Barcelona es imposible que algo salga a derechas. Al menos, en este mercado de verano, el club culé se ha tenido que conformar con ir viendo cómo se ha ido encontrando con una negativa tras otra ante el intento ya casi desesperado por incorporar nuevos jugadores a su plantilla, así que parece que nadie quiere saber nada de los azulgrana, ni siquiera sentarse a negociar con ellos. Eso, por no hablar de que el club que preside Bartomeu ha perdido a una de las referencias de su plantilla sin tampoco poder intervenir.

Neymar se marchó al PSG ‘toreando’ al Barça y dejándole en la estacada. Los franceses pagaron la cláusula de rescisión y evitaron de esta manera cualquier intento del Barcelona de torpedear la operación, así que los catalanes simplemente se pudieron dedicar a mirar con impotencia cómo una parte fundamental de MSN se marchaba sin poder hacer absolutamente nada. 

Nadie quiere negociar con el Barça

Pero lo más grave está, si cabe, en el apartado de las incorporaciones. Desde que se marchó Neymar el Barça tiene una necesidad increíble de conseguir hacerse con un nuevo jugador para suplir la marcha del brasileño, y para eso no valdrá cualquier futbolista. Sin embargo, en cada puerta a la que han llamado los culés se han encontrado la misma respuesta: “Váyanse a paseo”. Y los que todavía se plantean la salida de sus jugadores se remiten a lo mismo, que el Barcelona pague la cláusula de rescisión si quiere algo.

En Marco Verratti hay un claro ejemplo de los males que rodean al Barcelona este verano. El PSG, que podría incluso haber ablandado su postura tras el traspaso de Neymar, se ha mostrado totalmente impasible ante el interés de los catalanes en su centrocampista. Sin embargo, por muchas ofensivas que han hecho Bartomeu y compañía siempre se han encontrado con la misma respuesta, y esa es que el PSG no quiere ni oír hablar de esta operación.

Otro que también le ha dado ‘calabazas’ al Barcelona ha sido la Juventus. Los azulgrana pretendían hacerse con los servicios de Dybala pero lo cierto es que este traspaso parece también algo imposible de que suceda. Las cifras que se manejan son superiores a los 100 millones de euros y además los transalpinos podrían inflar el coste del fichaje a sabiendas de que ahora el Barcelona tiene dinero en caja tras el traspaso de Neymar.

Las cláusulas o nada

Otros clubes, mientras tanto, se han remitido directamente a las cláusulas de rescisión de sus jugadores e incluso han amenazado con ‘romper’ relaciones con el Barcelona si llegasen a este límite. Es el caso, por ejemplo, del Atlético de Madrid. El Barça tenía entre los futuribles de su agenda a Antoine Griezmann pero los colchoneros, después de una conversación entre Gil Marín y Bartomeu, se encargaron de dejar bien claro que el francés era totalmente intransferible. Así, comunicaron a los blaugranas que si querían llevarse a Griezmann al Camp Nou la única vía posible era abonando la cláusula de rescisión, que ascendía hasta los 200 kilos, pero la entidad madrileña no se lo tomaría demasiado bien y eso hubiera hecho cambiar las relaciones entre ambos clubes.

El último en poner al Barça en una situación similar ha sido la Real Sociedad. Ernesto Valverde quiere contar con Íñigo Martínez en sus filas esta misma temporada y por eso el Barcelona preguntó al conjunto vasco por la disponibilidad del jugador. La Real Sociedad fue de nuevo tajante, y le comunicó a los azulgrana que no pensaban vender a Íñigo Martínez y la única opción sería la de pagar la cláusula de rescisión. 

Es decir, un revés tras otro para el Fútbol Club Barcelona en el mercado veraniego.