El Barcelona consumó por fin el lunes uno de sus mayores ridículos de los últimos años. Tras rechazar durante cerca de un mes la posibilidad de pagar los 40 millones de euros que el Guangzhou pedía por la salida de Paulinho, el conjunto catalán ha tenido que tragar finalmente para tapar las miserias de su equipo en el día de después de la dolorosa derrota sufrida ante el Real Madrid en el Camp Nou (1-3).

El Guangzhou, el gran ganador de esta operación

El 'culebrón' que ha protagonizado el centrocampista brasileño se ha cerrado con final feliz para todo el mundo. Sin embargo, el resultado no debería alegrar mucho a los azulgrana, porque al final han acabado pasando por el aro del conjunto chino. Desde un primer momento el Guangzhou dejó claro que no dejaría salir a su principal estrella por menos de los 40 'kilos' que figuraban en su cláusula, y aunque los azulgrana se resistieron al principio al final no les ha quedado más remedio que ceder para llevarse a este futbolista.

En este aspecto ha jugado un papel importante la presión social, porque hace ya casi dos semanas desde la salida de Neymar y el Barcelona no había cerrado ningún fichaje en este tiempo. No en vano, el club lleva ya varios dias intentando lograr la llegada de jugadores como Dembélé o de Coutinho, pero la firme postura de sus clubes de pedir por cada uno de ellos más de 100 millones de euros ha obligado al conjunto catalán a centrarse primero en este fichaje 'menor' para empezar saciar el hambre de fichajes de sus seguidores. 

Un negocio histórico para el fútbol chino

En consecuencia, los culés ya tienen a su centrocampista defensivo, si bien saben que han acabado pagando un precio excesivo por Paulinho. De hecho, el jugador le costó solo 14,5 millones al Guangzhou hace un par de veranos, por lo que se puede decir que ha hecho una operación redonda al obtener más de 25 'kilos' de beneficio en muy poco tiempo.

Solo el tiempo dirá si el Barcelona ha hecho bien en traer de vuelta a Europa a este futbolista de 29 años. Por el momento la apuesta es realmente arriesgada y limita un poco más el amplio margen de maniobra que tenía el club para fichajes en este verano, pues tras esta operación le quedan unos 180 'kilos' para fichar. Una cifra que no parece que vaya a ser suficiente para conseguir traer a Coutinho y a Dembélé, ya que el precio combinado de ambos supera con creces los 200 millones de euros...

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El pasado 21 de julio ya anticipábamos una 'bajada de pantalones' culé por Paulinho:

El Barcelona empieza a dar por perdida la primera gran 'batalla' que ha librado con el Guangzhou por el fichaje del centrocampista Paulinho. El conjunto catalán ha tardado, pero por fin ha entendido que el club chino no rebajará ni un solo céntimo la cláusula de rescisión del futbolista durante este verano. Así que ha empezado a valorar seriamente la posibilidad de esperar seis meses para que las cosas se faciliten considerablemente.

El club asiático dejó en todo momento claro que a principicios de 2018 podrían valorar negociar y traspasar al brasileño. Pero no antes, porque en estos momentos le mercado de fichajes chino ya está cerrado y se encuentran compitiendo y con opciones de ganar la Superliga de su país y la Champions asiática. En consecuencia, el Barça no ha tenido más remedio que captar que la única forma de solucionar fácilmente la operación será esperar.

La espera era la mejor opción para que el fichaje no disparara su precio

Hasta el momento el club catalán ha hecho un par de ofertas por Paulinho, siendo rechazadas ambas. Además, las relaciones con el Guangzhou se han tensado considerablemente por la insistencia de los azulgranas y el creciente deseo del futbolista de salir. Pero como suele ocurrir, el club del jugador tiene la sartén por el mango y su condición es esperar hasta el mes de enero o ingresar el dinero íntegro de la cláusula de rescisión, valorada en 40 milloens de euros.

Así, el Barça ya asume que deberá 'bajarse los pantalones' y quizá esperar para tener al centrocampista. Valverde ya le ha dado el 'OK' y la dirección deportiva tiene decidido que sea el hombre que le dé más equilibrio a su medular. El problema es que tendrá que afrontar el primer tramo de la temporada sin su aportación.