Con 34 años y una carrera brillante en clubes como el Chelsea, el Real Madrid (temporada 2012/13) o el Milan, Michael Essien apura sus últimos días como jugador. El centrocampista ghanés dejó el Panathinaikos el pasado verano y ha estado gran parte de la temporada buscando un nuevo equipo hasta que hace unos días se decantó por el Persib Bandung indonesio. Decisión esta que de la que ahora se está empezando a arrepentir por un error rocambolesco que podría dar con sus huesos en la cárcel...

Tal como suena, porque el centrocampista acaba descubrir que su nuevo club no ha sabido gestionar bien su llegada al país asiático. Al parecer la Agencia de Deportes Profesionales, un organismo documental, ha denunciado que Essien y su nuevo compañero Carlton Cole no poseen los documentos necesarios para trabajar en Indonesia y, por tanto, para participar en el campeonato local. Algo que además ha puesto en sobre aviso al Departamento de Inmigración del país, el cual ya ha solicitado reunirse con el Persib Bandung para aclarar lo ocurrido.

De hecho, cabe mencionar que Essien ya ha disputado un partido con su nuevo equipo, lo que podría suponerle un importante problema. La legislación de Indonesia contempla la expulsión del país o incluso la cárcel para los casos de personas que ejercen una labor sin contar con el permiso correspondiente de trabajo, por lo que el club ya ha puesto en marcha su departamento jurídico para demostrar la inocencia del futbolista.

Como consecuencia de ello la postura oficial del Persib ha sido recordar que la Federación y la Liga del país habían dado su autorización a que ambos jugaran, si bien también han reconocido que no cuentan con todos los papeles gubernamentales en regla. Y hasta su propio entrenador, Umuh Muchtar, ha salido a la palestra para destacar que en este caso la popularidad del ex madridista debe jugar a su favor: "todo el mundo sabe que Essien es un futbolista de clase mundial, no inmigrante clandestino".