El barcelonismo no ha perdido la esperanza con André Gomes. O al menos no en lo que respecta a la posibilidad de poder traspasar al jugador y recuperar gran parte de los 35 millones de euros que el club invirtió en el portugués el pasado verano. Sin Luis Enrique en el banquillo sus opciones de continuidad se reducen, por lo que el club maneja un plan para poder traspasarlo a buen precio durante el mes de agosto.

En la Ciudad Condal no se entiende la fe ciega que el técnico asturiano le está teniendo al centrocampista. El año pasado llegó procedente del Valencia con estatus de estrella, pero en los 2.529 minutos de juego que ha tenido en 45 partidos no ha demostrado nada que le haga merecedor de tener un hueco en la plantilla culé. Por eso, en las oficinas del Camp Nou ven la próxima Copa Confederaciones como una posible solución a sus problemas.

Según se destaca en la prensa barcelonista, en el equipo catalán se espera que Portugal convoque a su jugador para el torneo que se disputará a finales de junio y principios de julio en Rusia. Y además se tiene la ilusión de que Gomes tenga un peso importante en el juego de la actual campeona de Europa, de forma que pueda revalorizarse mínimamente y recupere gran parte del caché perdido durante esta mediocre temporada.

La decisión definitiva sobre su continuidad o su salida dependerá del nuevo entrenador del Barcelona, pero mientras este llega el club ve con buenos ojos la posibilidad de traspasar este verano al luso. El equipo necesita hacer caja para invertir en nuevos fichajes y hay un evidente temor a que Gomes pueda devaluarse aún más si continúa otro año en el equipo, por lo que la Copa Confederaciones aparece como una posible salvación para maquillar el evidente desastre que supuso este fichaje para los azulgranas.