El Barcelona está decidido a mantener su actitud 'cobarde' con Marco Verratti. El club catalán no quiere llevar la voz cantante en la operación aunque sabe que es realmente complicada de llevar a cabo. Por eso hasta ahora nadie de su directiva ha dado un paso al frente para admitir su interés en su fichaje y sus responsables se están limitando a trasladarle toda la presión al futbolista.

El club catalán no arropa a Verratti

El pasado martes el presidente Josep María Bartomeu participó en un acto público y concedió una entrevista para 'beIN Sports' en la que no le hubiera costado nada lanzar un guiño al jugador. Verratti ha decidido dar un paso hacia delante bastante peligroso y plantar cara al PSG para salir del club, pero en Barcelona no parecen valorarlo e incluso se hacen los despistados.

"¿Verratti? No puedo hablar de jugadores. Es futbolista del PSG, así que tiene contrato con este equipo. Yo solamente confío en el trabajo de Roberto, pero sin decir nombres. Ni siquiera quiero saberlos (ríe)... Ellos saben lo que nos conviene y lo que necesitamos para la próxima temporada" indicó Bartomeu cuando se le preguntó por el italiano. Es decir, que oficialmente el presidente culé se lava las manos.

El Barça no quiere una guerra con el PSG

Y, mientras tanto, el jugador valora declararse en rebeldía y no presentarse el 4 de julio en el primer entrenamiento de pretemporada del club. Por eso el club azulgrana no tiene previsto mover ni un solo dedo hasta entonces, lo cual está sorprendiendo en París. Porque en el PSG esperaban que al menos ya hubiera llegado una propuesta formal por el italiano, toda vez que hasta el momento solo saben del interés culé por el propio jugador y por la prensa.

La actitud del Barça resulta desconcertante, pero solo pretende minimizar los riesgos ante la dificultad que entraña el traspaso. El club solo sería capaz de pagar 70 millones por el fichaje, así que quieren que el mayor desgaste se lo lleve Verratti y que este sea el que provoque una situación insostenible con su club. Pero ante ello la reacción del PSG puede ser imprevisible, por lo que Bartomeu y su directiva prefieren ver los 'toros' desde la barrera para no estropear su relación con Nasser Al-Khelaifi.