El pasado verano Luis Enrique tomó una importante decisión para el Barcelona. Por un lado dio luz verde para que el club no renovara a su canterano Sandro Ramírez y permitiera que este recalara en el Málaga con la carta de libertad. Y por otro lado solicitó que la directiva le buscara un recambio para el canario en el ataque del equipo, ya que su objetivo era contar con otro delantero que pudiera suplir a alguno de los integrantes de la 'MSN' durante la temporada.

El elegido finalmente fue el internacional español Paco Alcácer. El valenciano tenía un cartel importante tras unas buenas temporadas en el conjunto ché, por lo que el Barça se fue hasta los 30 millones de euros (más dos en variables) para conseguir su incorporación. De esta forma se culminaba el capricho del entrenador asturiano y se cerraban este problema para el club con la salida de Sandro, el fichaje de Alcácer y 30 'kilos' menos en su caja.

9 meses han pasado de estos movimientos y por ahora el tiempo está 'retratando' al Barcelona. Más que nada porque mientras Alcácer lleva cuatro goles en 994 minutos de juego, Sandro ha conseguido en la Rosaleda 11 goles en casi el doble de minutos, 1.800 en total. El último de ellos el más sangrante, ya que el delantero le marcó a sus 'ex' para abrir el marcador y alejarles casi definitivamente de la Liga.

Tanto dolió esta venganza que el propio Luis Suárez pidió sobre el campo a su ex compañero que no se olvidara de que el Barça le había "dado de comer". Pero lo cierto es que Sandro sólo cumplio con su trabajo y se dedicó a dar en las 'narices' a Luis Enrique, el mismo que la temporada pasada casi no le dio oportunidades y prefirió enseñarle la puerta de salida para fichar a otro futbolista por una millonada y que hasta ahora no ha demostrado ser mejor que él.