El Barcelona todavía confía en André Gomes. El club hizo una importante apuesta por el portugués el pasado verano al pagar 35 millones de euros (más variables) para hacerse con el jugador del Valencia. Su rendimiento a las órdenes de Luis Enrique estuvo lejos de ser bueno aunque el asturiano demostró tenerle una fe ciega, pero en el club creen que es un jugador que merece una nueva oportunidad.

'No' a recuperar ya mismo la inversión realizada por el jugador

La marcha del técnico no va a dejar ni mucho menos desamparado a André Gomes en el Camp Nou. En el club están dispuestos a seguir esperando a que el futbolista demuestre las razones por las que se apostó por él hace 11 meses, por lo que ni siquieran han querido plantearse su venta a pesar de que en estos días habrían recibido hasta tres ofertas por sus servicios.

Según se ha informado en la prensa culé hay tres propuestas del extranjero por el futbolista, siendo la mayor de ellas por 35 millones de euros. Así que el Barcelona tiene en su mano recuperar la inversión que hizo por Gomes, pero la respuesta ha sido sorprendentemente tajante. Ni el Director Deportivo Robert Fernández ni Ernesto Valverde se plantean su traspaso a pesar de que el dinero les vendría magníficamente para acometer el fichaje de Verratti o Dembélé.

Buenas sensaciones en Rusia

Una de las razones para tomar esta decisión reside en el buen rendimiento que está teniendo el jugador en la Copa Confederaciones. Gomes está siendo titular y está mostrando un nivel superior al que ha ofrecido en su primer año en Barcelona, por lo que en el club confían en que en esta segunda temporada pueda sentirse más tranquilo y confiado y ofrezca su mejor versión.

Sin embargo, en el club azulgrana son conscientes de que su apuesta conlleva riesgos, porque otra temporada más como la anterior haría que el jugador se devaluara. Es evidente la posibilidad de tener que venderle el año próximo por menos dinero del que podría recibir ahora, aunque en el Camp Nou prefieren no pensar en ello y mantienen su confianza ciega en que André empiece a callar bocas.