El fútbol lleva más de un siglo deparándonos sorpresas y partidos sorprendentes. Pero quizá pocos encuentros hayan sido tan épicos como el que se vivió el 25 de mayo de 2005 en Estambul (Turquía). Ese día el Milan y el Liverpool se enfrentaban en la final de la Liga de Campeones, pues los ingleses venían de eliminar al Bayer Leverkusen (6-2 en el global), Juventus (2-1) y Chelsea (1-0); mientras que los italianos habían hecho lo propio con el Manchester United (2-0), Inter (5-0) y PSV (3-3).

Antes del encuentro el claro favorito era el Milan por tener 6 Copas de Europa en su palmarés por 4 del Liverpool. Y lo cierto es que el equipo de Ancelotti no tardó en plasmarlo sobre el campo, ya que en el primer minuto de juego Maldini adelantaba a los suyos tras un error inglés y poco antes del descanso Kaká y Crespo se asociaban para marcar dos tantos más, uno por cabeza.

Tres goles... en solo 7 minutos

El choque llegó al descanso con 3-0 y el Liverpool prácticamente muerto y desahuciado. Pero Rafa Benítez hizo creer a sus hombres en la remontada al recordarles los miles de aficionados que habían viajado hasta Turquía para verles. Y con el cambio de Hamman por Finnan el equipo mejoró rápidamente, de forma que en el minuto 54 Gerrard recortaba distancias y un minuto después era Smicer el que ponía el 3-2 gracias a un buen disparo.

Quedaba más de media hora y el Liverpool estaba justo donde parecía imposible. Solo le quedaba un gol más para la machada y este acabó llegando en el minuto 60. Penalti a favor de los 'reds' que Xabi falló en primera instancia, pero con tanta fortuna que el balón le volvió a los pies para igualar a placer la contienda.

El milagro estaba conseguido, pero aún tenía que sellarse. El Liverpool ni siquiera tuvo que completar la remontada en el tiempo reglamentario o en la prórroga. Se conformó con llegar a los penaltis. Y ahí fue Dudek el que 'bailó' para detener el penalti definitivo a Shevechenko y protagonizar un capítulo de oro en la historia de la Champions League. Y es que probablemente ningún otro partido represente tan bien la famosa frase de Vujadin Boskov: "fútbol es fútbol".