Tanto el Real Madrid como el Manchester United están llamados a animar el mercado de fichajes el próximo verano. Los dos clubes se han mostrado interesados en futbolistas del otro equipo, por lo que en las próximas semanas las dos partes se sentarán a negociar con el fin de llegar a acuerdos que sean satisfactorios para todo el mundo.

El club inglés espera clasificarse para la próxima edición de la Liga de Campeones vía Europa League. Si los de Mourinho ganan la segunda competición continental tendrá asegurada su plaza en la Liga de Campeones, por lo que intentarán reforzarse a lo grande. Y uno de sus grandes objetivos pasa por el Santiago Bernabéu, ya que James Rodríguez es un futbolista que podría aportar la calidad que le falta actualmente al musculado centro del campo de los 'red devils'.

Mientras tanto, en el Real Madrid llevan ya dos años detrás del fichaje de David de Gea. Hace un par de veranos la operación se perdió por el desagüe por el juego sucio que practicó el entonces técnico del United, Louis Van Gaal. Así que ahora la intención del equipo merengue es dar carpetazo a este asunto convenciendo al equipo inglés y a su entrenador para que vende al portero por una cifra que rondaría los 70 millones de euros.

Los dos clubes, obligados a ceder

En resumen, el Manchester United quiere a James Rodríguez y el Real Madrid quiere a De Gea. Y ninguno de los dos es partidario en un principio de vender a sus futbolistas, por lo que ambos están obligados a ceder para llevar a buen puerto estas operaciones. Por eso los responsables madridistas consideran que, si muestran una buena disposición para escuchar la oferta del equipo británico por el colombiano, a cambio este tendrá un comportamiento similar a la hora de tratar el traspaso de su portero.

De ahí que ahora mismo la situación se asemeje a una partida de ajedrez. Los dos equipos saben que el verano será largo y que habrá mucho tiempo para negociar, aunque cada uno de ellos ya han empezado a trazar sus estrategias para conseguir sus objetivos. Y en ellas tanto uno como otro reconocen que tendrán que ceder por su lado para conseguir que todo sea más fácil y que finalmente James pueda vestir de rojo y De Gea de blanco.