José Mourinho y Zlatan Ibrahimovic no solo son jefe y empleado. Los dos guardan una extraordinaria relación desde que coincidieran en el Inter de Milán hace varios años, por lo que el portugués fue el primero que apostó por el fichaje del delantero una vez que este terminó su contrato con el PSG y comenzó la búsqueda de un nuevo equipo.

Así, los dos han trabajado felices y en buena sintonía durante toda esta temporada. Pero todo podría haberse torcido a consecuencia de la lesión que Ibrahimovic sufrió en su rodilla derecha el pasado 20 de abril. El atacante se rompió el ligamento cruzado, por lo que se estima que no podrá volver a jugar hasta al menos el mes de octubre. Una situación que se agrava aún más si se tiene en cuenta que para entonces ya tendrá 36 años.

Todo esto habría provocado que Mourinho hubiera tomado ya la dolorosa decisión de no renovar al atacante. El contrato de Ibra con el Manchester United finaliza el próximo 30 de junio, pero según 'The Sun' el entrenador habría dado la orden al club inglés de que no negocie la prolongación del mismo porque tiene dudas sobre la recuperación que está llevando a cabo el jugador y piensa que será muy complicado que vuelva a recuperar el nivel de juego que tenía antes de sufrir este percance.

De esta forma los 'red devils' estarían centrando ahora todos sus esfuerzos en fichar a un delantero de primer nivel para relevar al sueco (están interesados en jugadores como Belotti, Lukaku e incluso Griezmann). Y mientras tanto, Ibrahimovic continúa trabajando ajeno a los rumores y con el convencimiento pleno de que podrá volver antes de lo que todo el mundo piensa. De hecho, en los últimos días su agente Mino Raiola ha desvelado que los doctores que le tratan están alucinados con la fortaleza de su rodilla e incluso le han pedido estudiar su fisonomía una vez que se retire para averiguar todos sus secretos.