La etapa de Pep Guardiola en el Barcelona está considerada como una de las más importantes de la historia futbolística reciente. El catalán protagonizó la era dorada del equipo azulgrana y no paró de ganar títulos: hasta 14 alzó con el equipo de su vida, incluyendo 2 Champions, 3 Ligas, 2 Copas del Rey y 2 Mundiales de Clubes. Una labor casi perfecta que, sin embargo, también tuvo sus errores calamitosos.

Y es que el ojo clínico del de Santpedor falló cuando en el verano de 2009 (en su segunda temporada en el club) pidió a su directiva que hiciera un esfuerzo por uno de los centrales del equipo de moda por entonces en Europa, el Shakhtar Donetsk. El técnico había quedado prendado del ucraniano Dmitro Chygrynskiy, un jugador de 23 años y nombre casi impronunciable que parecía opositar a mejor central de 'Viejo Continente'.

10 millones de euros a la 'basura'

De esta forma el club hizo un tremendo esfuerzo y desembolsó 25 millones de euros en el futbolista. Los riesgos eran evidentes porque a pesar del buen nivel mostrado en el año anterior, hasta entonces Chygrynskiy solo había jugado en la liga de su país, un campeonato de tercer nivel. Pero en el club no tenían duda de cuál iba a ser su aportación, ya que el Director Deportivo Txiki Begiristain llegó asegurar que sería clave a la hora de ayudar en ataque y sacar el balón jugado.

Y al final pasó lo que tenía que pasar, porque su rendimiento fue desastroso. El jugador demostró no estar a la altura del fútbol español y no fue capaz de mantener el ritmo competitivo de la mejor liga del planeta. Solo disputó 14 partidos en total - ninguno en la Champions League por haber jugado ya la Supercopa con su anterior club - y ni siquiera llegó a los 1.000 minutos de juego.

Por lo tanto, el Barcelona quedó tan en evidencia con esta operación que no tuvo más remedio que reconocer su error y mandar de vuelta un año después al futbolista a Donetsk. En ese tiempo se devaluó en 10 millones, por lo que solo pudo recuperar 15 'kilos' mientras Guardiola y la directiva suspiraban por el problema que se acababan de quitar de encima.

Desde entonces Chygrynskiy ha continuado su carrera. Estuvo cinco años en el Shakhthar y en 2015 fichó por el Dnipro, también de Ucrania. Fue un periplo corto, porque el pasado verano decidió probar suerte en el AEK de Atenas, club en el que está teniendo un papel discreto por culpa de las lesiones, ya que por el momento solo ha jugado 13 partidos y ha aportado un gol.