En Barcelona siempre han presumido de lo bien que se llevan Messi, Luis Suárez y Neymar. Los tres jugadores suelen dejarse ver juntos en los entrenamientos o a la hora de saltar al campo y aostumbran a repartirse elogios entre ellos. Pero en los últimos días algo podría haber empezado a cambiar por una simple cuestión de 'egos'. El evidente malestar del brasileño no se ha producido por una casualidad y ha llegado (oh, casualidad) justo una semana después de que Leo Messi firmara el mayor contrato de la historia del fútbol europeo.

Distanciamiento entre Messi y Neymar

Los primeros días de trabajo de los azulgranas en Nueva York ya han generado cierta alarma entre el barcelonismo. Hay quien dice que no se percibe el mismo 'feeling' de antes entre los tres futbolistas de la 'MSN'. Ya no hay las mismas risas y bromas que se veían actualmente. Más bien se percibe cierta tensión entre Neymar y Messi; mientras que la relación del brasileño y el uruguayo sigue siendo tan distendida como siempre. De hecho, el delantero centro estaría siendo uno de los que más estaría haciendo por convencerle para que desista de su intención de marcharse.

El origen del conflicto está en el mosqueo de Neymar con la renovación de su, hasta hace poco, amigo. 40 millones de euros netos cobrará por esta temporada el de Rosario, 15 más que el ex del Santos. Mucha diferencia como para que entre los dos se mantenga el buen rollo de antes. De hecho, el '11' no puede soportar la idea de estar cuatro años más (como poco) a la sombra de Leo Messi. Se ve llegando casi a la treintena y sin un mísero Balón de Oro, viviendo como una comparsa.

Un problema de 'egos'

Así que la situación está como está. El Barcelona quiere creer que Neymar no se irá este verano. Busca razones a la desesperada, como los problemas que le traería el 'Fair Play' financiero al PSG si acomete la operación. Pero al mismo tiempo la continuidad de su estrella se convertiría en un tremendo problema para su vestuario si el brasileño no renueva y acerca su salario al de Messi. Los egos pueden acabar dinamitando el club desde dentro y eso es algo que Valverde y Bartomeu van a tener que valorar.

En el fútbol ya se ha demostrado en numerosas ocasiones que lo que ocurre de puertas para dentro acaba influyendo en el juego y en los resultados. Y el equilibro que tenía el Barcelona hasta ahora con la 'MSN' al frente corre un enorme peligro. Neymar ha empezado a ver a Messi como un problema, como una figura que puede eclipsar su carrera. Por eso es posible que el equipo catalán no encuentre la paz ni logrando retener al brasileño en su plantilla. Se acabó la etapa de reírle las gracias y jugar para Leo...