Víctor Valdés puede considerarse en estos momentos con uno de los jugadores con más mala suerte de la actualidad. Al cancerbero la vida le sonreía a principios de 2014 cuando decidió dar por concluida su trayectoria en el club de su vida, el Barcelona, y cambiar de aires. Pero todo se torció cuando una funesta tarde de marzo cayó mal al intentar hacer una parada en un partido ante el Celta de Vigo y se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha.

Para entonces el futbolista tenía más que tomada la decisión de no renovar con el Barça, por lo que acabó en el mercado de fichajes con la carta de libertad y en pleno proceso de recuperación de su grave lesión. Sin embargo, el Manchester United decidió apostar por él y le firmó un contrato a principios de 2015, pero a partir de ese momento su gran problema se llamó Louis Van Gaal.

Ostracismo en el United y cesión a la liga belga

El holandés nunca supo apreciar su calidad y llegó a humillarle al hacerle jugar con el filial de los 'red devils'. Por eso a Valdés no le quedó más remedio que marcharse cedido a principios de 2016 al Standard de Lieja belga. Fue una etapa corta de 6 meses antes de obtener la carta de libertad y firmar con el Middlesbrough de la Premier.

Y este es el equipo en el que ha estado el último año, pero también sin éxito. En él ha jugado 28 partidos, pero no ha podido evitar el descenso de categoría. Por eso el pasado jueves rescindió su contrato y se hizo con la carta de libertad por segunda vez en el último año. Así que ahora, a los 35 años y tras pasar por tres clubes en el último año y medio, Valdés deberá decidir si le pone el punto y final a su carrera deportiva o hace una última apuesta por el fútbol antes de colgar las botas.