Lucas Silva es la demostración de que no siempre la apuesta por el talento joven acaba en éxito rotundo. Hasta ahora el Real Madrid ha demostrado tener un magnífico ojo a la hora de anticipar el crecimiento de jugadores como Marco Asensio o Federico Valverde; aunque casos como el del brasileño ponen el contrapunto a esta estrategia no exenta de riesgos.

El equipo blanco apostó en el mes de enero de 2015 por el fichaje de Lucas Silva. Por entonces el futbolista tenía 22 años y el club pagó al Cruzeiro 13 millones de euros. Sin embargo, en los siguientes dos años y medio el centrocampista protagonizó un auténtico calvario con una cesión al Olympique de Marsella para olvidar y otra cesión abortada al Sporting de Lisboa por la aparición de un supuesto problema cardíaco (una arritmia) que le tuvo seis meses apartado de los terrenos de juego.

Por fortuna lo peor ya pasó y Lucas se recuperó por completo y pudo volver a jugar. Así, el Real Madrid aceptó cederle de vuelta al Cruzeiro, donde ahora se ha convertido en un futbolista imprescidible y se está ganando las primeras comparaciones con el que fuera su compañero en España, Toni Kroos. Su fútbol recuerda al que en 2015 hizo que el equipo blanco apostara por él, de forma que para el futuro se le empiezan a abrir nuevas puertas.

El jugador se revaloriza poco a poco

Por lo pronto el futbolista permanecerá cedido hasta junio de 2018 en Brasil. En ese momento tendrá 25 años, por lo que el Real Madrid deberá decidir lo que hace con él. Su contrato con el campeón de Europa expirará el 30 de junio de 2020, así que todo hace pensar que la directiva merengue podría aprovechar su buen rendimiento en su país para plantearse un traspaso.

En este sentido el madridismo se frota las manos por la previsible revalorización que experimentará en los próximos meses. No en vano, desde que fichó por el Madrid su valor de mercado ha pasado de estar en 13 millones de euros a ser únicamente de 2 millones en la actualidad. Un descenso notable que el club espera que dé paso a un nuevo crecimiento, de forma que en un año pueda plantearse recuperar casi todo lo que invirtió en él en 2015.

Su continuidad, casi descartada

¿Y por qué no quedarse con el jugador si sigue en esta buena línea? Como siempre la última decisión la tendrá Zidane, pero el futbolista cuenta con dos hándicaps para poder conseguir un hueco en el Madrid. El primero, su condición de extracomunitario. Y el segundo, la tremenda competencia que hay en la medular madridista con hombres como Casemiro, Marcos Llorente, Kroos, Kovacic o Ceballos, más otras opciones de la cantera como Valverde... De ahí que mucho tuvieran que cambiar las cosas para que Lucas Silva vuelva al equipo en 2018 para quedarse.

El mal recibimiento que tuvo Lucas Silva en su vuelta al Cruzeiro (09-02)

Lucas Silva se ha topado con uno de los peores recibimientos que se podía esperar en su vuelta al Cruzeiro, en donde jugará en calidad de préstamo hasta el verano de 2018 por parte del Real Madrid.

“No habíamos pedido la contratación de otro volante. Ya teníamos los futbolista en esa parcela del campo donde juega Lucas Silva. Pero siempre digo que hay que estar abierto a nuevos jugadores”, dijo Mano Menezes, técnico del Cruzeiro, en una entrevista en FOX Sports, en la que confesó que no tenía intención de contar con el centrocampista del RealMadrid.

Además, Mano Menezes advirtió que tal y como se dieron las negociaciones no pensaba ni que se fuera a cerrar la cesión de Lucas Silva. “La situación era muy complicada y fue a última hora cuando el Madrid dejó salir al jugador. Lucas hizo los exámenes médicos en Sao Paulo, los pasó y fue entonces cuando se hizo público. No tenía nada claro que pudiese acabar en el equipo”.

Lo curioso es que Lucas Silva fue recibido como una estrella a su llegada a Brasil por los hinchas de Cruzeiro y él mismo confesó que estaba feliz con la llamada del club que le permitió dar el salto al Real Madrid. “Me reuní con el Real Madrid y decidimos Cruzeiro como mejor opción, ya que tendría una temporada entera para poder tener minutos” afirmó.