Hace cuatro años que Pep Guardiola dejó el Barcelona, tiempo más que suficiente para que en la entidad catalana se hayan dado cuenta de que el técnico no se anda con miramientos a la hora de 'tocar' a sus jugadores y más jóvenes promesas. Sin embargo, lo que no podían esperar en el Camp Nou es que el de Santpedor acabara usando a Carles Puyol para salirse con la suya y arrebatarle a una de las joyas de 'La Masía'.

El pasado 19 de junio informábamos en este medio que el Manchester City había empezado a dar los primeros pasos para fichar a Eric García, canterano culé que la última temporada ha jugado en el Cadete A. Pues bien, en poco más de una semana el conjunto inglés habría dejado todo listo para que este joven central se comprometa por su equipo y deje en las arcas del Barcelona 1,5 millones de euros en concepto de indemnización.

Guardiola promete al jugador un futuro mejor

Según desvela el diario 'Marca' ha sido Carles Puyol quien ha facilitado toda esta maniobra, pues es el actual agente de Eric García. El ex jugador barcelonista habría comunicado a su secretaría técnica que su representado no tenía la intención de seguir en el club y que, por ello, ya habría dado el visto bueno a la oferta del City.

Entre las razones principales para la toma de esta decisión estarían el gran número de jugadores similares a él que ya hay en la cantera del Barça y la buena oferta deportiva que le ha presentado Guardiola para que pueda acabar siendo un jugador profesional. De hecho, el técnico le ve ciertas similitudes con Gerard Piqué y piensa que puede ser un buen futbolista de futuro para el City.

Enfado en el Barcelona con Puyol

Como era de esperar esta noticia no ha gustado nada en el Barcelona. Consideran que Puyol le ha hecho un flaco favor al equipo de su vida y lamentan perder a otra de sus grandes promesas después de que Mboula también se marchara hace unos días con destino Mónaco. Toda una sangría en 'La Masía' que les está llevando a plantearse una nueva forma de gestionar los contratos de sus jugadores más jóvenes, quizá con el objetivo de imponerles cláusulas de salida más altas de lo que suelen acostumbrar.