Álvaro Morata está viviendo una temporada agridulce en el Real Madrid. Por un lado el equipo está teniendo buenos resultados y es serio aspirante a ganar la Liga y la Champions League. Pero por otro en el plano personal sigue sin conseguir el objetivo que se marcó desde que empezaba a jugar en la cantera merengue. Este no es otro que la titularidad en el club blanco, ya que aunque Zidane cuenta con él y le aprecia a la hora de la verdad su delantero centro es Karim Benzema.

Los datos son claros, ya que de los 50 partidos que ha disputado el equipo en la presente temporada el madrileño ha participado en 36. 14 ausencias de las que 4 fueron por lesión y otra por acumulación de amonestaciones, por lo que se ha quedado sin minutos en 9 choques, lo que supone el 20 % de los encuentros. Un dato que empeora si se tiene en cuenta que de los 4.050 minutos que aspiraba solamente ha jugado 1.593. Es decir, el 39,3 % de los minutos totales.

Es un bagaje escaso para un futbolista que logró ser uno de los mejores delanteros de Europa y del mundo en la Juventus y que el pasado verano accedió a regresar al club con la ilusión de triunfar. De hecho, uno de los detalles más dolorosos para Morata está en el papel que está teniendo en los partidos decisivos de esta temporada: entre los octavos y los cuartos de Champions solo acumuló 22 minutos, en el Mundial de Clubes jugó 18 minutos, en la Supercopa de Europa 62 y en el último derbi ante el Atlético ni siquiera tuvo la oportunidad de salir del banquillo.

Resulta evidente, por tanto, que a la hora de la verdad la 'BBC' es intocable y Morata suplente. Por ello el futbolista tiene muy claro que en junio tendrá que reflexionarse antes de sentarse para hablar con el club, ya que a sus 24 años cree que su carrera necesita más minutos. En Europa no son pocos los equipos que se les ofrecen (Chelsea y Milan entre ellos), por lo que le dejará claro su parecer al club y pedirá una salida si no tiene la garantía de que la temporada próxima (año de Mundial) su situación cambia para mejor.