El Fútbol Club Barcelona ha vuelto a llevarse un nuevo varapalo en este mercado de fichajes en el que parece salirle todo al revés. Si en principio no contaba con la salida de Neymar y esta ya es un hecho, los culés se ven ahora obligados a buscar de manera urgente un refuerzo pero desde luego que ese no va a ser Antoine Griezmann.

El futbolista francés era uno de los preferidos por el conjunto catalán para suplir una baja tan grande como la que deja Neymar en la MSN, pero Bartomeu se ha vuelto a llevar un nuevo y duro revés porque se ha encontrado con una negativa tajante del Atlético de Madrid, en la que el club colchonero dejaba muy claro que no pondría la más mínima facilidad de su parte para quedarse sin el que considera su jugador franquicia y más en este periodo en el que no puede fichar por la sanción impuesta por la FIFA.

Conversación entre presidentes

Los presidentes de ambos clubes llegaron a tener una conversación telefónica en la que se dio ya carpetazo al asunto Griezmann. Miguel Ángel Gil Marín le expuso a Josep María Bartomeu la situación que atraviesa el Atlético de Madrid y la postura inflexible del club acerca de la posible salida del jugador francés, y el dirigente azulgrana no tuvo más remedio que limitarse a agachar las orejas y dar por perdida la oportunidad de hacerse con el internacional galo. 

Sin negociación posible

Marín le espetó a Bartomeu que ni se le pasaba por la cabeza la idea de negociar la salida de Griezmann del conjunto rojiblanco y que si el Barcelona quería hacerse con los servicios del francés de cara a esta nueva temporada lo único que podría hacer sería pagar la multimillonaria cláusula de rescisión que figura en el contrato del futbolista. Esta cifra asciende hasta los 200 millones de euros, es decir, que si el Barça quisiera llevarse a Griezmann al Camp Nou por la fuerza lo que debería hacer sería gastarse prácticamente todo el dinero que ingrese por la venta de Neymar al PSG y quedarse sin más opciones para poder acometer la llegada de nuevos refuerzos.

Y es que la cláusula de Griezmann subió hasta los 200 millones en la última renovación que realizó el jugador con el Atlético de Madrid. Eso sí, esa cifra es tan sólo algo temporal ya que cuando finalice este periodo de fichajes volverá a descender hasta los 100 millones, un montante mucho más asequible para muchos clubes punteros de Europa. 

Esta estrategia del Atlético de Madrid se debió a la necesidad de blindar a su jugador referencia durante este verano como consecuencia de la sanción que tiene vigente impuesta por la FIFA. Los colchoneros no querían quedarse sin el mejor futbolista de la plantilla y, para colmo, no tener la opción de poder reforzarse y quedarse por lo tanto muy debilitado en comparación al Real Madrid y al Barça. 

Sin romper relaciones

Otra de las razones por las que el Fútbol Club Barcelona no acometerá el fichaje de Griezmann abonando la cláusula de rescisión del jugador es, aparte de porque las arcas volverían de nuevo a quedarse vacías pese al traspaso multimillonario de Neymar, para no enturbiar las buenas relaciones que mantienen ambos clubes, a quienes les une un enemigo común, el Real Madrid. Así, el Barça entiende que si opta por llevarse a la fuerza al mejor jugador del Atlético y en la complicada situación que vive el club madrileño las relaciones entre ambas entidades podría pasar de buena a muy tóxica en un breve espacio de tiempo.