El Real Madrid lo tiene ahora mismo clarísimo. Hasta ahora el bagaje del club en esta temporada se resume en la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Dos títulos interesantes, pero secundarios en relevancia. Sin embargo, la directiva está más que dispuesta a renovar a Zinedine Zidane justo antes de que la temporada empiece a decantarse en uno y otro sentido, toda vez que el equipo blanco terminará esta semana de jugarse la Liga y el próximo 3 de junio disputará la final de la Liga de Campeones ante la Juventus de Turín.

A nadie se le escapa que ahora mismo el actual campeón de Europa está en el momento más delicado del año. En tres semanas jugará tres partidos (en Liga ante el Celta y Málaga a domicilio; en Champions contra el equipo bianconero) que decidirán si cierra una de las temporadas más brillantes de su historia con cuatro títulos, si protagoniza una buena temporada (ganando Liga o Champions) o si el curso finalmente termina en suspenso por dejar escapar los dos títulos más importantes. Por lo tanto, estamos ante una situación de riesgo, pero a la vez extremadamente ilusionante.

Y antes de que se defina la misma el Real Madrid ha decidido dar un paso adelante para renovar a su técnico. El contrato de Zidane finaliza en junio de 2018, pero el club está decidido a ampliárselo por dos años más aunque haya riesgo de que la Liga y la Champions se escapen en el último momento. Los responsables merengues consideran que el hecho de estar peleando hasta el último momento los trofeos más relevantes es ya de por sí un motivo lo suficientemente importante como para renovar la confianza en su míster.

El Madrid respetará el deseo del técnico

Sin embargo, la respuesta inicial que ha dado el francés ha sorprendido considerablemente a Florentino. Lejos de coger rápidamente la pluma para firmar su nuevo contrato, Zidane ha dejado claro que no quiere ni oír hablar de su renovación hasta el próximo 4 de junio. De hecho, él no ha dejado de repetirlo cada vez que la prensa le ha preguntado sobre este asunto: su futuro depende de los resultados, por lo que ahora mismo es una tontería hablar si estará o no en el equipo en la temporada 2017/18.

Y esto es algo que el presidente merengue y sus hombres de confianza valoran muy positivamente. Durante sus años en el club prácticamente nunca se habían encontrado con un técnico reacio a renovar por una simple cuestión de humildad. Lo habitual es que un entrenador corra a renovar si se le presenta un contrato más largo y mejor en lo económico. Pero 'Zizou' no es uno más. Es una persona humilde que no quiere recibir un premio hasta que verdaderamente lo merezca. Por eso se respetará su deseo y no se negociará su futuro hasta dentro de tres semanas. Aunque, pase lo que pase en estos días, en el club tienen claro que harán todo lo posible para convencerle de que continúe.